INTELIGENCIA EMOCIONAL

Hoy mamá me ha llevado a su psicoanalista. Motivo: me escondo. Esto es lo que ha dicho mamá: “mi vida sabes muy bien que a todos nos tiene locos que te escondas así. Pienso que sería buena idea que vinieras conmigo a hablar de ello con el doctor Theid”.
[…] Lo de que me escondo de hecho ni siquiera es verdad: me aíslo allí donde no pueden encontrarme, lo único que quiero es poder escribir mis Ideas profundas y mi Diario del movimiento del mundo en paz y, antes sólo quería poder pensar tranquilamente yo solo sin que me perturbaran las idioteces que mi hermana dice o escucha en la radio o en su aparato de música, o sin que me moleste mamá que viene a susurrarme: “Está la abuelita, tesoro, ven a darle un beso”, que es una frase de las menos apasionantes que conozco.
Muriel Brabery
La elegancia del erizo

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