AB ABSURDO

- ¿Y hace mucho tiempo que es usted negro?
- No sé, yo siempre me he visto así en la luna de los espejitos...
- ¡Vaya por dios! ¡Cuando viene una desgracia nunca viene sola! ¿Y de qué se quedó usted así? ¿De alguna caída?
- Debió de ser eso, señor...
- ¿De una bicicleta?
- De eso, señor...
Tres sombreros de copa
Miguel Mihura

EL ORDEN DE LAS COSAS

SIN TON NI SON

SUJETA MAYÚSCULAS

Hay primero una situación confusa, que solo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir,(si lo que quiere decirse) tiene suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal : la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro. Ese balanceo, ese swing en el que se va informando la materia confusa , es para mí la única certidumbre de su necesidad, porque apenas cesa comprendo que no tengo ya nada que decir. Y también es la única recompensa de mi trabajo : sentir que lo que he escrito es como un lomo de gato bajo la caricia, con chispa y un arquearse cadencioso.
Julio Cortázar
Rayuela

CORRIENTE ALTERNA

En los orificios de los enchufes surge de vez en cuando una larga lengua bífida que les canta canciones a los niños y les enseña a hacer grandes travesuras, de esas que espantan a los mayores por su retorcimiento y maldad. También les cuenta secretos de familia para que los repitan ante las visitas y avergüencen a sus padres. Por culpa de las casa modernas nuestros hijos son taimados como serpientes y están llenos de astucias. Las escuelas se han revelado inútiles para su educación. Los críos parece que han nacido con teorías y conceptos propios y por eso escuchan a sus maestros con una sonrisa irónica llena de suficiencia[…] Nosotros no éramos así.[…] Las casas modernas son más astutas, más venenosas.
Óscar Esquivias
La ciudad del Gran Rey

LENTEJAS

[…]
Pero la luna subía y bajaba las escaleras,
repartiendo lentejas desangradas en los ojos,
dando escobazos de plata a los niños de los muelles,
y borrando mi apariencia por el término del aire.
Federico Gracía Lorca
Poeta en Nueva York

GENTE


FELICIDAD

Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralo de datos no combustibles, lánzales encima tantos 'hechos' que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices (...)
Ray Bradbury
Fahrenheit 451

MORADA

Es en estos días de otoño avanzado —más o menos para Todos los Santos— cuando París tiene, para un hombre del sur —o del Mediterráneo como yo— un encanto característico y extraordinario. Es el primer otoño que paso en París. El mundo exterior parece inmerso en una neblina tenue, a veces vaporosa y azulada, otras de la palidez de leche cuajada. El aire, en general, está en calma, pero a veces sopla, a contrapelo del río, una ventolera atlántica que se lleva los sombreros de los caminantes de los puentes pero que no llega a aclarar la niebla estabilizada. Un soplido del viento puede llegar a limpiar un espacio del cielo que parece como una mancha de estaño sublimado, pero la aparición dura un instante: la niebla, azulada, inmóvil, inconmovible, vence. (…) La gran ciudad —vista desde un lugar elevado— adopta un color malva, a veces más claro, otras no tanto, y los ojos de las mujeres rubias, sobre la piel rosada de la cara, los músculos tiesos a causa del frío, que hace aparecer, un momento, una calidad de porcelana, tienen un color morado –como una gota de color morado que suavizara la mirada—.
Joseph Pla
Notas sobre París

CHOCHERÍAS

CUBIERTO


Las nubes
me separan
del cielo abierto,
cerrado sobre las casas
de la ciudad.
Miguel Mingotes
Nublado/Poesía