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Pero la luna subía y bajaba las escaleras,
repartiendo lentejas desangradas en los ojos,
dando escobazos de plata a los niños de los muelles,
y borrando mi apariencia por el término del aire.
Pero la luna subía y bajaba las escaleras,
repartiendo lentejas desangradas en los ojos,
dando escobazos de plata a los niños de los muelles,
y borrando mi apariencia por el término del aire.
Federico Gracía Lorca
Poeta en Nueva York
1 comentarios:
Preciosas las fotografías y muy adecuados los textos que las acompañan. La imagen y la palabra recorriendo el mismo trayecto nos muestran la belleza de la vida.
Besos
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