SUJETA MAYÚSCULAS

Hay primero una situación confusa, que solo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir,(si lo que quiere decirse) tiene suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal : la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro. Ese balanceo, ese swing en el que se va informando la materia confusa , es para mí la única certidumbre de su necesidad, porque apenas cesa comprendo que no tengo ya nada que decir. Y también es la única recompensa de mi trabajo : sentir que lo que he escrito es como un lomo de gato bajo la caricia, con chispa y un arquearse cadencioso.
Julio Cortázar
Rayuela

CORRIENTE ALTERNA

En los orificios de los enchufes surge de vez en cuando una larga lengua bífida que les canta canciones a los niños y les enseña a hacer grandes travesuras, de esas que espantan a los mayores por su retorcimiento y maldad. También les cuenta secretos de familia para que los repitan ante las visitas y avergüencen a sus padres. Por culpa de las casa modernas nuestros hijos son taimados como serpientes y están llenos de astucias. Las escuelas se han revelado inútiles para su educación. Los críos parece que han nacido con teorías y conceptos propios y por eso escuchan a sus maestros con una sonrisa irónica llena de suficiencia[…] Nosotros no éramos así.[…] Las casas modernas son más astutas, más venenosas.
Óscar Esquivias
La ciudad del Gran Rey

LENTEJAS

[…]
Pero la luna subía y bajaba las escaleras,
repartiendo lentejas desangradas en los ojos,
dando escobazos de plata a los niños de los muelles,
y borrando mi apariencia por el término del aire.
Federico Gracía Lorca
Poeta en Nueva York

GENTE


FELICIDAD

Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralo de datos no combustibles, lánzales encima tantos 'hechos' que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices (...)
Ray Bradbury
Fahrenheit 451

MORADA

Es en estos días de otoño avanzado —más o menos para Todos los Santos— cuando París tiene, para un hombre del sur —o del Mediterráneo como yo— un encanto característico y extraordinario. Es el primer otoño que paso en París. El mundo exterior parece inmerso en una neblina tenue, a veces vaporosa y azulada, otras de la palidez de leche cuajada. El aire, en general, está en calma, pero a veces sopla, a contrapelo del río, una ventolera atlántica que se lleva los sombreros de los caminantes de los puentes pero que no llega a aclarar la niebla estabilizada. Un soplido del viento puede llegar a limpiar un espacio del cielo que parece como una mancha de estaño sublimado, pero la aparición dura un instante: la niebla, azulada, inmóvil, inconmovible, vence. (…) La gran ciudad —vista desde un lugar elevado— adopta un color malva, a veces más claro, otras no tanto, y los ojos de las mujeres rubias, sobre la piel rosada de la cara, los músculos tiesos a causa del frío, que hace aparecer, un momento, una calidad de porcelana, tienen un color morado –como una gota de color morado que suavizara la mirada—.
Joseph Pla
Notas sobre París

CHOCHERÍAS

CUBIERTO


Las nubes
me separan
del cielo abierto,
cerrado sobre las casas
de la ciudad.
Miguel Mingotes
Nublado/Poesía

SOMBRILLAS


SOMBRA 2ª ¡Nos hemos llevado un chasco con esto de la otra vida!

SOMBRA 3ª ¡Tenga usted paciencia! Quizá encontremos algo todavía. ¡Yo tengo alguna esperanza remota de que nos hemos de tropezar con Dios!

SOMBRA 2ª ¡Ojalá!

SOMBRA 3ª No tiene sentido este ir y venir sin ton ni son. Este convertirse en pepino o en bayadera india. Yo estoy algo contento, porque francamente le confieso que yo no creía en la otra vida. Usted no sabe qué impresión más agradable llevé, cuando después de recibir en mi cráneo las dos balas de máuser que el amante de mi mujer tuvo a bien asestarme en desafío, me encontré en un campo rarísimo lleno de trajes de bailarinas y de levitas de políticos, donde una ángela jovencita con la boca pintada y las alas de cartón me dijo: “Caballero, ya es usted una sombra, va usted a las nubes por toda la eternidad. Tenga cuidado con el reúma”. Fue una gran sorpresa, una agradable… Yo era materialista, ¡volteriano!... Casi, casi creo en la posibilidad de que haya existido Dios (...)

Federico García Lorca

Sombras. Teatro inédito

ESPANTAPÁJAROS



EL NUEVO VECINO


—¿Cómo es? ¿Cómo es?

—Pues es —dijo el pino— de una especie muy rara. Tiene el tronco negro hasta más de una vara sobre la tierra, y después parece de un blanco grisáceo. Resulta muy elegante.

—¡Es muy elegante, muy elegante! —transmitieron unas hojas a otras.

—Sus frutos —continuó el pino fijándose en los aisladores— son blancos como las piedras de cuarzo y más lisos y más brillantes que las hojas del acebo.

Dejó que la noticia llegase a los confines de la fraga y siguió:

—Sus ramas son delgadísimas y tan largas que no puedo ver dónde terminan. Ocho se extienden hacia donde el sol nace y ocho hacia donde el sol muere. Ni se tuercen ni se desmayan, y es imposible distinguir en ellas un nudo, ni una hoja ni un brote. Pienso que quizá no sea esta su época de retoñar, pero no lo sé. Nunca vi un árbol parecido.

Todas las plantas del bosque comentaron al nuevo vecino y convinieron en que debía de tratarse de un ejemplar muy importante. Una zarza que se apresuró a enroscarse, en él declaró que en su interior se escuchaban vibraciones, algo así como un timbre que sonase a gran distancia, como un temblor metálico del que no era capaz de dar una descripción más precisa porque no había oído nada semejante en los demás troncos a los que se había arrimado. Y esto aumentó el respeto en los otros árboles y el orgullo de tenerlo entre ellos.

Wenceslao Fernández Flórez

El bosque animado